domingo, 1 de enero de 2012

El Regalo De Los Mayas


Durante todo el 2011 se popularizó en los canales de televisión la profecía Maya de que el mundo se acaba el 21 de Diciembre del 2012. No he podido poner atención a los detalles, de modo que no estoy seguro de si explícitamente los mayas predijeron que ese día habrá un cataclismo, o si es más bien una interpretación reciente por el hecho de que ese día se acaba el calendario Maya.

Aunque yo en particular no creo que ese día se acabará el mundo, y no es la intención de esta nota sustentar mis razones, si creo que esa profecía Maya es un enorme regalo para la humanidad. Solo imagine por un momento que todos creyéramos que es una realidad confirmada. Definitivamente la intensidad con la que viviríamos estos últimos 355 días del mundo sería al máximo.

Ante la eminente realidad de que se acaba la vida habría que “sacarle el jugo” a cada minuto restante, exprimirle hasta el último hálito, saborearle hasta el gustito más escondido. Habría un impulso casi natural a utilizar bien el limitado tiempo. Creo que la situación nos daría osadía suficiente para atrevernos a hacer lo que hemos venido postergando. De repente nuestras usualmente invertidas prioridades se acomodarían perfectamente a lo que dicta el buen juicio y la sabiduría, y nuestro oído podría traducir más fácilmente lo que dice el corazón con sus latidos.

Creo que el grueso de la gente haría cosas positivas con el tiempo que le queda, tomaría decisiones correctas, y dejaría una marca positiva en la historia que le tocó escribir. Nos conectaríamos mejor con nuestros propios sentimientos, algunos buscarían a sus hijos olvidados en abandono físico o emocional, otros nos llenaríamos de valentía para ir a pedir un perdón retrasado, abrazaríamos más, diríamos más te quieros, nos acercaríamos más a Dios, a la familia, conversaríamos más, tendríamos el arrojo de materializar esos sueños escondidos, aprender a tocar algún instrumento, hacer algún viaje, conocer aquella playa, subir la otra montaña, tirarnos de bungee, cambiarnos el color del cabello, cantar en público, publicar una poesía, no sé, usted dirá.

La conciencia de que el tiempo es limitado es el gran regalo de los Mayas, así que porqué no proponernos vivir este 2012 como si fuera el último año del mundo, con intensidad, con osadía, botando cargas innecesarias del corazón, restaurando relaciones vitales que están rotas, y tomándonos de la mano en el camino para que seamos más fuertes.

La decisión es suya.

www.peterparedes.blogspot.com