Si en tu marco de referencia siempre ves a Dios apuntándote
con su dedo índice; si tienes una culpa de la que no te puedes deshacer; si te
castigas duramente como una forma de pagar por tus faltas; te conviene leer
esta buena noticia:
lento para la ira y grande en amor.
No sostiene para siempre su querella
ni guarda rencor eternamente.
No nos trata conforme a nuestros pecados
ni nos paga según nuestras maldades.
Tan grande es su amor por los que le temen
como alto es el cielo sobre la tierra.
Tan lejos de nosotros echó nuestras transgresiones
como lejos del oriente está el occidente.
Tan compasivo es el Señor con los que le temen
como lo es un padre con sus hijos.
Él conoce nuestra condición;
Sabe que somos de barro.
Salmo 103:8-14
www.peterparedes.blogspot.com