Mi mejor amigo diría: “te quedaste sin la parte más inteligente que tenías”
Un
Religioso diría que “fue alguna llamada pecaminosa con mi celular lo que
provocó que se manifestara la ira de Dios en su contra”

Un
científico diría que “el cuerpo de mi celular experimentó una fuerza de aceleración
de aproximadamente 9.81 metros por centímetro cuadrado, hasta que su masa colisionara
con la superficie terrestre en un punto vectorial dirigido hacia el centro de
gravedad del planeta”
Un poeta
diría que “así como un hombre queda atado por los hilos invisibles que ejerce
la despiadada belleza de la mujer, atrayéndolo hacia ella con la intempestiva fuerza
del amor, hasta estrellarlo con la fatal realidad de un sentimiento no
correspondido; del mismo modo y suerte, mi celular recorrió el camino entre mi
pecho y el suelo, con la ilusión de besar la madre tierra, de donde alguna vez
tomó todos sus elementos, pero encontró en cambio la frialdad mortuoria del
pavimento”.
Un
sindicalista diría: “Casualmente nuestras convenciones colectivas contemplan el
pago del remplazo de celulares quebrados para los miembros de nuestra junta
directiva”
Un artista
de Stand Up Comedy diría de modo hilarante, en un show de 10 minutos, como se
van deformando las facciones de la cara, aderezado con sonidos guturales,
flatulencias, y otras reacciones varias, que suceden en los micro segundos eternos
que tarda el recorrido de un celular desde la bolsa inexistente de una camisa
hasta el pavimento.
En
Guadalupe simplemente diríamos “se me desmadró el celular”.
Y yo solo
digo: “me quedé sin celular hasta nuevo aviso”
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