martes, 14 de septiembre de 2010

...Cuando alguno pretenda tu gloria manchar...

Continúa la estrofa: “Verás a tu pueblo, valiente y viril,
la tosca herramienta en armas trocar”

Recuerdo que cuando estaba en la escuela y cantaba esta parte del Himno Nacional, la imagen que se proyectaba en mi mente era algo así como todo el pueblo, los labriegos sencillos, luchando en una guerra contra un ejército invasor que “pretendía manchar la gloria” de mi Costa Rica.

No se cuantas veces canté el Himno en mi infancia, probablemente en cada acto cívico. Hoy ya no lo canto mucho, quizá de vez en cuando en los partidos de la “sele”, situación por demás poco gloriosa! Sin embargo en la espiral de los años aquella imagen del ejército invasor se ha ido transformando. Ya mi cerebro no lo proyecta como un agente externo, sino como un conjunto de actitudes que tenemos los ticos que en efecto manchan la gloria de Costa Rica.

No pretendo ser de los que tienen la conciencia limpia para tirar la primera piedra, estoy más bien entre los primeros de la lista de los apedreados; pero aún así es necesario tener claridad de cómo en el día a día le quitamos brillo al nombre de Costa Rica:

La cultura del chorizo. Muchos la identificamos con la clase política, pero la verdad es que la incidencia entre nosotros los ciudadanos rasos es impresionante. Pretende desmeritar el sistema, romper la estructura, saltarse el orden. Tiene manifestaciones múltiples. Solo para nombrar algunas: comprar el examen de la licencia, o la licencia misma, dar plata en el registro o la municipalidad para “agilizar” los trámites, ofrecerle dinero al tráfico para evitar la multa, dar la “mordida” en las aduanas, etc.

La cultura del vivazo. El “corto placista” que cree que “a punta de atajos” logra resultados permanentes primero que los demás. Es también el que hace uso de sus “amigotes” para ubicarse mejor. Estos van desde los que se “colan” en la fila, los que adelantan por el espaldón causando accidentes y obstrucción del tráfico. Son fáciles de distinguir en la horas pico, hasta detrás de una ambulancia a toda velocidad como si ésta les fuera abriendo paso. Es el que obtiene un puesto por que lo nombró el amigo y no por su capacidad. El que acorta camino pasando por encima del resto.

La cultura del usurero. Esta tiene un alto impacto en incrementar la injusticia social y drenar los recursos para una mejor distribución de la riqueza. Es el que compra sin factura con tal de no pagar los impuestos. El que lleva doble contabilidad en su empresa. El patrono que no paga la CCSS a sus empleados (incluyendo la empleada doméstica). El que no declara parte de su salario para evitar la renta. El que se aprovecha de los extranjeros sin papeles, pagando poco por su trabajo honrado.

Por supuesto que hay más, pero lo dejo de este tamaño para que cada quien haga su lista, y lo más importante, para que juntos cambiemos un pedacito de nuestra cultura, y así la próxima vez que cantemos el Himno, podamos hacerlo como mirando a los ojos a la patria, dignos de ser llamados costarricenses.

www.peterparedes.blogspot.com

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