Janusz Korczak era un doctor polaco que dirigía un orfanato en Varsovia, durante la ocupación Nazi, y de él escribe Viktor Frankl:
"Janusz Korczak no es un tipo muy conocido, aunque está representado en una conmovedora estatua en Yad Vashem, en Jerusalén. En 1942 deportaron a sus huérfanos al campo de Treblinka, y a Korczak le ofrecieron la opción de quedarse. Desestimó la oferta y subió al tren que los deportaba, con dos pequeños huérfanos en sus brazos mientras les contaba historias alegres. Lo mataron por solidaridad con los huérfanos. En este caso, ese gran hombre no sobrevivió a causa de su sentido de la vida, murió por él.
Otros héroes reales fueron asesinados por defender a un compañero, o por ocupar el lugar de otro recluso en la fila, o por negarse a cumplir una orden de las SS para agredir a otra persona, o por dar un trozo de pan a un niño hambriento. En cualquier caso, los prisioneros lo sabían muy bien: los mejores de entre nosotros no regresaron de los campos de concentración."
Texto tomado del libro: El hombre en busca de sentido de Viktor Frankl.
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