lunes, 24 de diciembre de 2012

El Peor Lugar Para Nacer

Don Edgar siempre contaba buenas historias, y cómo no, si tenía más de veinte años de manejar su taxi. Las que más recuerdo eran de cuando por más rápido que trató de conducir, no llegaron a tiempo al hospital, y el bebé nació en el asiento trasero. ¡Qué mal lugar para nacer!


El mundo está lleno de historias de nacimientos en lugares extraños. Una señora de Mozambique se subió a un árbol para protegerse de una inundación y luego de 4 días allí mismo dio a luz. Una empleada que ni sabía que estaba embarazada tuvo su bebé en un McDonald´s. Una pareja subía a la sala de partos y su bebé nació en el ascensor. Ninguno parece ser un buen lugar para nacer.

Cuando leo la historia del nacimiento de Jesús siempre me pregunto por qué fue en tan malas condiciones, es decir, ¡era el hijo de Dios! Al menos Dios Padre pudo haberle reservado un cuarto a José y María en el “Belén Hotel by Hilton”, en lugar de un establo, ¿cierto? ¿Qué importa que en lugar de tener que acostar al bebé Jesús en un pesebre, lo hubiesen podido acostar en una cama común y corriente? Eso no le hubiera quitado para nada su condición de Hijo de Dios, ni minimizado su misión de Salvador del mundo.

Dice el escritor Lucas, que María tuvo que acostar al niño Jesús en un pesebre, es decir, un cajón donde se le pone comida a los animales. De allí se infiere que posiblemente el alumbramiento fue en algo como un establo, porque además dice que “no había lugar para ellos en la posada”.

No quiero imaginar el olor en ese lugar, ni la cantidad de bacterias que viven allí con los animales. Posiblemente era un lugar desordenado, sucio, con muchos ruidos de los animales, quizá con rendijas en las paredes por donde entraba el viento y el polvo de las calles de Belén, contaminado, y sin paredes divisorias para otras familias que tampoco encontraron lugar en la posada. En definitiva sin las condiciones mínimas de salubridad, el peor lugar para nacer.

Imaginar ese lugar le pone un espejo a mi corazón, y me gusta pensar en esa como la razón por la que Dios escogió nacer en un lugar tan contaminado. Escoger el peor lugar hace dos mil años me demuestra que hoy tampoco tendría problema para nacer en un corazón como el mío. Es como si me repitiera cada vez que leo la historia de navidad: “ya sé que tu corazón está lleno de egoísmo, pensamientos deshonestos, codicia, prioridades incorrectas, mentira, falta de perdón, envidia, relaciones rotas, intolerancia, y tantas otras cosas más fuera de orden; pero no importa, recuerda que alguna vez escogí el peor lugar de Belén para nacer. Dame espacio en tu corazón, yo me encargo de traer vida y juntos ordenamos la casa”.

sábado, 22 de diciembre de 2012

Cazadores De Estrellas

“es que no todos nacemos con estrella”. Ese fue el último mensaje de texto de la conversación. Yo quería seguir hablando a punta de índice, pero me desenfoqué mientras terminaba algunas compras navideñas. Sin embargo la frase final se me quedó colgada en el subconsciente, como con un alfiler, para aparecer súbitamente al otro día, bajo la luz de neón que muchas veces utiliza la memoria.

Es cierto, parece que hay gente que si “nació con estrella”. Todos los hemos visto. Son aquellos a los que aparentemente la suerte siempre les favorece. Como si tuvieran un acuerdo intemporal con la buena fortuna. Como si entre ellos y la vida hubiese una complicidad furtiva, un guiño invisible al resto de nosotros los mortales. Son esos que obtienen el trabajo que siempre habíamos soñado, cuyos hijos siempre se portan bien y traen buenas notas, pegan la rifa y la lotería, los que tienen la novia más linda, hablan dos o tres idiomas, tienen algún amigo doctor y otro abogado, y hasta tienen un apellido con pompa incluida. Los que nos hacen ver al resto como promedio, mientras ellos se salen del molde.

No sé, posiblemente hay gente con buenos contactos, recursos económicos, y un apellido con herencia a los que se les facilitan mucho las cosas; pero creo que es bastante improbable que haya gente a la que la persiga la buena suerte por largo tiempo y sin esfuerzo. Creo más que hay gente que se genera su propia buena suerte, se prepara, se abre oportunidades, progresa a partir del esfuerzo, del estudio estructurado, de intentarlo una vez más, de la disciplina de gastar menos de lo que se gana, de tratar a los otros con dignidad, de reconocer sus errores y hacerlo mejor la próxima vez, de leer mucho, escuchar mucho, y hacer más de lo que se les pide. Son los que aunque la vida no se les ha puesto fácil, aunque no hayan “nacido con estrella”, se buscan su propia estrella, los cazadores de estrellas, que le van dando buena fama a su nombre, con integridad, con decisión, con sudor, e incluso lágrimas.

Cazadores De Estrellas…esos son los héroes de la vida, que no se quedan tirados en el suelo, sacan fuerzas de Dios y desde adentro, aceptan retos, sin miedo a equivocarse pues se saben poseedores de solo un pedacito de toda la verdad, le ponen el pecho al viento, y entienden que no hay edad para aportarle a otros. Cazadores De Estrellas…saben que la lucha no es contra otros sino consigo mismos, que aunque falte medio vaso, ya se llenó una parte. No pierden el aliento si hay que recomenzar, se ciñen la esperanza, y con una oración en sus labios se arrollan de nuevo las mangas.

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