
El telón de fondo
es una manifestación pacífica de miles de ciudadanos egipcios contra el
ejército de ese país, por el asesinato, achacado a los militares, de 51
personas, durante una protesta popular el día anterior, en respaldo al depuesto
gobierno.
La Televisión Española
entrevista a este hombre joven, que lleva en sus manos una especie de sábana
blanca. La periodista solo preguntó qué
era eso, y él respondió con una frase jadeante, rabiosa, caliente,
embrionaria. Sin adornos, pero con la
esperanza larga, como quien siembra en creciente: “Este manto es una mortaja (tela
usada para envolver un cadáver) tradicional musulmana, y la traigo por si la
tienen que usar conmigo, porque estoy dispuesto a morir por esta causa”
Luego de ese
golpe macizo de palabras, la cama me pesaba a mí, en lugar de pesarle yo a la
cama. Tuvo que pasar mucho tiempo para
que pudiera desatorarme la vergüenza y tomar el valor de preguntarme si estaría
dispuesto a morir por las causas por las que digo vivir.
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