miércoles, 19 de agosto de 2015

La Señora y su Calendario

Se le incendiaba el alma de ganas por tener el calendario de los bomberos, pero su posición de señora de sociedad, madre respetable, y mujer de hogar, sumado al "Qué Dirán", hacía que a todas luces comprarlo fuera severamente inapropiado.

Elaboró entonces un plan muy poco intrincado pero si decoroso para hacerse con la suya: Provocaría ella misma un incendio en su casa. Un pre-aviso anónimo haría que los bomberos llegaran antes de que los daños fueran cuantiosos, y mientras ellos desplegaban sus unidades, se revestían con sus equipos, activaban las máquinas entre palancas y manijas, y entraban presurosos y sudorosos a la casa a luchar contra las llamas incipientes, ella se apostaría en un rincón privilegiado del frente de la casa a tomar fotos con su celular. Podría tener así nada más y nada menos que su propio calendario de los bomberos.

No le dio muchas largas, ya no podía esperar más para escoger quién sería Setiembre (el mes de su cumpleaños), así que arregló todo para llevar a cabo su plan esa misma tarde.

Todo iba sucediendo según la secuencia elucubrada en su mente, y ella, fría y calculadora, se mantenía tranquila mientras veía el humo empezar a hacer su vaporoso camino por entre las celosías de la cocina. Al escuchar la proximidad de las sirenas la adrenalina apenas se liberó en una pequeña dosis controlada, sin mayor alteración sobre su pulso seco. Cuando vio los camiones entrar por su calle se colocó muy digna a la par del arbolito de la entrada, y encuadró su celular para la primera foto. Fue allí cuando se le vio caer sobre sí misma, y pegar un grito que parecía enmudecer todas las sirenas del mundo. Se dio cuenta con histérico pavor que se le había pasado un detalle. Su celular se había quedado sin batería.

www.peterparedes.blogspot.com




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