miércoles, 2 de marzo de 2016

La sentencia de Emiliano


Emiliano vive en una sociedad que parece tenerle pavor al silencio.  Él como muchos otros, porque tampoco podemos caer en la ceguera de generalizar, desde que despierta en la mañana, y hasta que vuelve por las noches a desvanecerse en la cama, tiene a su lado múltiples aparatos ruidosos para entretenerse; trazo locuaz de su fobia al silencio.  Y como la vieja historia del huevo y la gallina, no sabemos si la constante exposición al ruido degolló su capacidad de escucharse, o si su desesperada incapacidad de escucharse lo empujó a exponerse al ruido constante.  El caso es que hoy la sentencia médica para nuestro aturdido Emiliano es indisputable: sordera de sí mismo.

:: Puede suscribirse al blog en la parte superior, donde dice: "Follow by Email" ::

No hay comentarios:

Publicar un comentario